12 de mayo de 2008

Resonancias IX

Desde el 7 de mayo colaboro con el blog Kinephilos, dirigido por Liliana Sáez. Hace tiempo que lo tengo en enlaces, al igual que el de aula crítica -también de Liliana-, pero para quienes no lo conozcan se lo recomiendo. Sin duda hay artículos de mucha calidad y colaboradores que escriben con mucho criterio. Allí podreis encontrar otro post mío de "Resonancias" escrito el 7 de mayo, que no cuenta únicamente de imágenes como hasta ahora, sino de una reflexión al respecto.


El sol del membrillo (1992), Víctor Erice.

"El cuadro nunca se termina. Siempre queda abierto. Si ya has metido en él lo suficiente, no todo, pero lo suficiente, aún se podría seguir".

Antonio López
"...En la pintura al natural sólo puedes pintar unas horas cada día, unas semanas al año, porque la luz cambia y cambia el carácter del paisaje y en el límite de ese cambio tienes que detenerte. Sólo puedes reanudarla unos meses después, cuando todo vuelva a coincidir..."
Antonio López

"A lo largo de este siglo, los pintores y los cineastas no han dejado de observarse, quizás porque han tenido, y siguen teniendo, más de un sueño en común -entre otros, capturar la luz-, pero sobre todo, porque su trabajo obedece, como señaló André BAzin, a un mismo impulso mítico: la necesidad original de superar el tiempo mediante la peremnidad de la forma; el deseo, totalmente psicológico, de reemplazar el mundo exterior por su doble".

Víctor Erice

4 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Qué hermosa película que sin dudas debe ser una de las más poéticas y contemplativas de la historia del cine español. Saludos!

Los ojos sin rostro dijo...

Conozco mucha gente que abomina de esta película, pero yo soy de los que quedaron fascinados con ella. Todo lo contrario de Speed Racer, por cierto. Abismal diferencia de miradas.

Oye, está muy muy interesante tu blog, mucho más centrado que el mío. Hay un montón de pinículas aquí que no he visto y que gracias a tus comentarios descubriré. Seguiré leyendo...

¡Nos vemos en Goteraland!

Saludotes

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Que buen blog Yorgos, felicidades! Sin duda merodearé

Liliana dijo...

Gracias por la mención a kinephilos. Ya eres parte de él :)

"El sol del membrillo" me recuerda mucho a "Muerte en Venecia". Sé que son muy diferentes, pero esa imperiosa necesidad de atrapar la belleza/el arte, ese afán de detener (para disfrutar más) algo que va cambiando a cada momento, porque en ello radica su belleza, es algo que me conmueve muchísimo.

Quizá porque el cine es un poco eso (me refiero al cine visto en una sala, en las condiciones tradicionales): unas imágenes que no puedes detener en tus retinas, ideas que pasan como un espejismo, dejando líneas sueltas en tu cerebro.

Ese sabor es lo que me deja una película como "El sol del membrillo".

Un abrazo.