5 de julio de 2008

La hamaca paraguaya (2006), Paz Encina

Ausencia y austeridad

Con estas dos palabras podríamos definir el primer largometraje de Paz Encina, la primera película paraguaya en 35 mm en más de treinta años. Austeridad porque el celuloide ve la luz con una economía de medios envidiable, rodándose con una cámara que no capta más que una veintena de planos fijos repartidos en 73 minutos. Ausencia, en la ausencia de un personaje que no llega a someterse a la mirada de la cámara y en torno al que trata la propia película, cuya estructura y aspectos formales hacen que dicha añoranza o carencia se haga asfixiante, casi insoportable.

La sostenibilidad de los planos se ve reforzada por la lentitud de los movimientos de los personajes dentro de ellos. Éstos entran y salen de cuadro a su antojo, haciéndolo de un modo tan cuidadoso y hastiado que parece que se arrastren. Los protagonistas son una pareja de almas en pena que casi se mueven por inercia, agonizantes ante la espera del hijo que se encuentra en el frente de batalla. El marco temporal en el que se ubica el film es un marco histórico real, de la Guerra del Chaco, que enfrentó a Paraguay y Bolivia entre 1932 y 1935. Sin embargo, el espectador no está seguro de qué momento de esa angustiosa espera está viviendo. Casi parece asistir a toda una vida de sus protagonistas transcurrida en torno a unos diálogos monotemáticos, de los que participa además el hijo ausente. Con lo que, a pesar de que la estructura cíclica del film, parezca corresponder al recorrido diario del sol, se nos antoja la posibilidad de estar viendo escenas que abarcan distintos días, meses o incluso años. Esta estructura de la que hablamos, destaca por su sencillez y por la sobriedad de sus elementos.

Si analizamos los breves cambios de plano que se producen a lo largo del film, casi podríamos estructurarlo contándolos. El eje estructural es un plano general en cuyo centro se encuentra una hamaca. Con él no sólo se abre y se cierra el film, sino que además, sirve como nexo entre la primera y la segunda parte del film. Cada cual es un plano secuencia únicamente alterado por la incursión de tres planos de un cielo nublado al que hacen referencia los diálogos. Su duración cobra a su vez gran importancia, ya que cada uno supera los 15 minutos. La ordenación del resto de secuencias sigue respondiendo a tales reglas simétricas. Sin embargo sólo en éstas tres el diálogo responde a la imagen, en el resto del film imagen y sonido están vinculados, pero no estrictamente en el plano espacio temporal.


Tras la primera secuencia, la segunda y la tercera ofrecen el trabajo diario del padre y el de la madre del hijo ausente, mientras escuchamos sendos diálogos entre padre e hijo y madre e hijo. Ambas secuencias responden a la misma tipología de plano, donde las figuras se agrupan y se comportan de la misma manera dentro del cuadro –aparecen prácticamente de espaldas, como ajenos al acto fílmico-. Además, al final de las secuencias se acorta el plano, acercándose a las figuras, tomando mayor detalle de sus movimientos. Tras ellas, otorga cierta frescura un plano del trabajo en el campo donde ésta vez el padre –Ramón- aparece acompañado por más gente, al igual que la madre –Cándida- en el plano siguiente. Coincidiendo con que su ubicación se acerca a la mitad del metraje, se repite en este momento la tipología del plano secuencia de la hamaca. Podríamos que acaba la primera parte del film y comienza la segunda, valiendo este plano secuencia como nexo entre ambas partes. Técnicamente es el ecuador del metraje; en la narración interna del film, el ecuador del día. Y la estructura de ésta segunda
parte resulta simétrica a la primera. Una secuencia muestra a Ramón, y la siguiente a Cándida, reflexivos y un tanto depresivos, sentados cabizbajos advirtiendo su perfil ante la cámara. Tras lo cual -antes del plano secuencia final del que hemos hablado-, al igual que en la primera parte del film, un elemento da un atisbo de dinamismo a tan austera estructura. Un plano contraplano de los rostros pensativos de los protagonistas, pasan a preceder la secuencia final.


Con todo, por su trabajo en el montaje y su economía de medios, podemos decir que La hamaca paraguaya se configura como un elogio a la sencillez y una de las apuestas más radicales que hemos podido ver en los últimos años. Y desde luego, demuestra que aún existen posibilidades estéticas y expresivas por explorar.

7 comentarios:

Ariel Luque dijo...

Que tal Yorgos. Bueno, esta película me resultó tan agonizante la mísma como son sus personajes. Me costo muchísimo terminar de verla.

Los tediosos planos secuencias, que son realmente inertes, me resultaron lo bastante desesperantes debido a que no sucedía nada dentro de ellos. En esta película la historia solamente es narrada con los diálogos en off y no desde lo visual.

Sabemos muy bien que la principal atracción hacia algo es a través de la vista, es la entrada principal. Lo considero un proyecto interesante, en el cual Paz Encina experimento con el lenguaje audiovisual. Pero cómo suelo criticar ese cine (que esta ya globalmente de moda) con su narración rápida "casi anfetamínica", con Hamaca Paraguaya ya nos vamos casi a los inicios del cine con los hermanos Lumiere y su película "Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir" jaja solamente que en esta la narración "sí" es visual (comentario irónico).

Hamaca Paraguaya es una película dónde la historia no se narra visualmente sino que se narra a través del audio. Ese fué para mí el gran error de esta pelicula.

La maté ¿no?

Abrazo gente.

Ariel.

yorgos dijo...

Sí, la mataste un poco! jaja!
bueno, yo no estoy de acuerdo. habitualmente acostumbramos a guiarnos sobretodo por lo que captamos a través de la mirada, pero eso no tiene nada que ver con la facultad narrativa de las imágenes. un conjunto de imágenes puede captar nuestra atención y deleitarnos sin necesidad de narrar nada. ¿Qué cuenta un plano sostenido de 3 o 5 minutos,de Tsai ming liang, por citar a alguien, en el que aparece una mujer comiendo sola, sentada en una habitación, sin banda sonora, sin voz off, sin nada? Es símplemente una mujer sentada comiendo, no trata de ser otra cosa. sin embargo sí intenta transmitir algo, por ejemplo soledad. Una pareja de ancianos trabajando el campo el la hamaca paraguaya son lo mismo. la única diferencia es que eso que transmiten lo refuerza el diálogo descoordinado de la imagen y que, ciertamente, los planos son aún más largos. Al fin y al cabo, acaban siendo figuras moviéndose libres dentro del cuadro, con la naturalidad del momento, transmitiendo su cotidianeidad, la anécdota, el documento.
Creo que lo que pretende justamente Paz Encina es descoordinar la imagen del audio en parte del metraje para transmitir mayor sensación de desconcierto, de perder el control de la situación de los sentimienos de uno, al darse cuenta de que no se puede luchar por esperar algo que no va a llegar. Creo que éste hecho consigue transmitir muy bien esa ausencia de la que habla la película y la hace más agónica, consigue transmitir mejor el mensaje.
Por otro lado, la narración en ningún momento busca ser siquiera convencional, es lo más minimalista posible y esto es porque no intenta contarnos nada que no se pueda contar en dos frases. porque de ésta manera es posible hablar no sólo de ése hombre que fue a la guerra y el sufrimiento de sus padres, sino de la historia universal de todos los hombres que van a la guerra. porque no quiere hablar de particularidades, no da detalles,no intenta nada más que expresar un sentimiento humano.

Eso sí, la película a pesar de ser corta, se hace larga. a cualquiera se le puede hacer larga, pero bueno, es una de las cosas por lo que es una apuesta arriesgada.

está bien que no pensemos lo mismo de vez en cuando, jaja!
un abrazo

Ariel Luque dijo...

jajaja mejor si no pensamos lo mismo, asi armamos un poco de choque y conflicto en el blog jajaja y la gente se suma a dar su opinion ¿o no? Por eso siempre hablo de las peliculas que me gustan en mi blog...sino las mato. En parte fué una decisión mía de recomendar nomás. Por ejemplo el otro día me llevaron a ver "El fin de los tiempos" que alla se llamó "El Incidente" de Shyamalan...no se que hubiera escrito si hubiese hablado de esa película que parece de un director primerizo jaja, bueno me detengo!

Luego entrá a mi blog y lee el post de "El Otro" de Ariel Rotter (Argentina), mirá la peli que te puede llegar a gustar.

Un abrazo señor!

Ariel.

yorgos dijo...

claro que sí, de eso se trata, de incitar al debate. pues me pillas con lo de Shyamalan, aún no a he visto!! jaja!! pero ya te contaré en cuanto la vea.
gracias por la recomendación, me paso por tu blog, y a ver si la consigo y la veo!
abrazos

Liliana dijo...

No he visto La hamaca paraguaya, me atrae el tema y en cierto modo la estética. Aunque debo decirte que te leía y no podía sacar de mi mente a Madre e hijo, de Sokurov. Es la única película suya que he visto. Pues me pareció una hermosísima exposición de cuadros, no cine.
Leyéndote aquí veo que quizá la agonía de esa madre y la soledad del hijo eran transmitidas de una manera impensable por el cine de Hollywood.
Me gusta el cine de imágenes lentas, el que te permite pensar (razonar) mientras lo ves, pero a veces siento lo mismo que Ariel y me exaspera.
Tu texto me anima a conseguir la peli y verla. Ya te contaré qué tal.
Sobre The Happening, me decepcionó. Es una pena, pues La dama del agua me gusta mucho y pensé encontrar una superación. Ahora espero por la próxima de Shymalan.
Un saludo.

BUDOKAN dijo...

Por lo que describes hay un clima de austeridad y quietud que reina a lo largo del film. Muy interesante. Saludos!

David Cotos dijo...

A mi me gusto la película. Una propuesta de cine interesante, fue la primera película paraguaya que he visto y ansio ver más de aquel cine.