Breathless (2009), Yang Ik-June
El cine de gangsters representa un género que ha tenido cierta regularidad en la cinematografía surcoreana de los últimos años. La industria coreana, quinta potencia del ranking mundial, nos ha dejado películas de imprescindible revisión para aquellos los amantes del género, como A bittersweet life (Kim Ji-woon, 2005), A Dirty Carnaval (Ha Yu, 2006) o The show must go on (Han Jae-rim, 2007). Como también otras de menor interés aunque con una buena carga de entretenimiento como Gangster high (Ki-hyeong Park, 2006) o la trilogía de tintes cómicos y violencia de My wife is a gangster (2001-2006; primera y última entrega dirigidas por Chi Jin-gyu; la segunda por Jeong Heung-son).
El protagonista de Breathless muestra al tipo de joven ya conocido en los títulos anteriores, que acude a las mafias para ganarse la vida ante una situación familiar dramática. Un tipo de estorsión que lleva a cabo el protagonista –da palizas a morosos para recuperar el dinero que le deben a su jefe- que se encuentra muy relacionado por otro lado con otro título bastante reciente -europeo- donde aparecen las mafias dedicadas al negocio inmobiliario. Se trata de la solvente De latir mi corazón se ha parado (2005), del realizador francés Jacques Audiard, el cual nos ofreció con Un profeta (2009) una de las mejores películas del pasado curso cinematográfico.
Breathless, ganadora del Durián de Oro a la mejor película en el Festibal de Cine Asiático de Barcelona (BAFF), es una película destacable por ser una propuesta arriesgada en dos aspectos. Por un lado porque su director, el novel Yang Ik-June, resulta ser el guionista y el personaje principal -al cual interpreta más que notablemente-, además del productor, tarea para la que tuvo que hipotecar su casa. Del mismo modo, resulta destacable la forma en que Yang Ik-June cuenta su historia utilizando un original recurso narrativo para enlazar a los personajes sobre el que no profundizaremos con el fín de no desvelar los acontecimientos a aquellos que no hayan visto la película.
Breathless es una buena película de género que contiene algunas escenas de incomunicación y ultraviolencia que mediante su gran dureza, confeccionan un claro manifiesto contra la violencia doméstica.
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