Cine iraní: la más dura censura
El cine iraní contemporáneo, sin duda uno de los cines de factura artística más importantes gracias a cineastas como Kiarostami, Ghobadi, Panahi o la familia Makhmalbaf, sigue sufriendo graves atropellos. Meses atrás llegaba a oídos del mundo la deplorable noticia de la condena de seis años de cárcel y veinte años de inhabilitación para rodar películas o viajar al extranjero al cineasta Jafar Panahi, por la realización de una película de la cuál sólo había rodado un 30%. Tras ser apresado, Panahi comenzó una huelga de hambre que animó una fuerte protesta de la comunidad internacional -en especial del mundo del cine- que provocó que el régimen de Ahmadineyad permitiera su libertad bajo fianza.
Hoy, otro cineasta iraní lamentablemente menos conocido, podría encontrarse en estado crítico tras un mes en huelga de hambre entre rejas. La vida de Mohammad Nurizad –el cuál ya fue brutalmente agredido antes de ingresar en prisión-, director de Banderas en el Castillo de Kaveh (2009), podría estar en peligro. El realizador de Praderas blancas (2009) Mohammad Rasulof, corre la misma suerte que su colega Panahi con quién comparte condena por la misma acusación de atentar contra la seguridad nacional.
La censura ha obligado cada vez más a agudizar el ingenio de los cineastas y, en algunos casos –como el de Mohsen Makhmalbaf o Abbas Kiarostami- a trabajar fuera de su país. Su representación más cruel se está viviendo desde hace unos meses. ¿Hasta cuándo?
2 comentarios:
Has visto ya "Copia certificada"? Es excelente!
Saludos y feliz año
Pues no la he visto aún! la tengo preparada con muchas ganas. Considerando tu opinión, más aún!
Feliz año para ti tb!
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