Ruby Sparks. Amor tirano
En las últimas semanas
hemos visto en la cartelera tinerfeña diversas formas de llevar la comedia
romántica –sean de mayor o menor importancia sus rasgos dramáticos- fuera de
los cánones habituales.
Algo que era de esperar
de una película indie, dirigida por los realizadores de la simpática y
reconocida Pequeña Miss Sunshine. Ruby
Sparks plantea con gran originalidad una reflexión sobre la vida en pareja
que por momentos parece tocada por la creatividad desbordante de Charlie Kaufman
y la originalidad visual de Michel Gondry. Y es que en sus fotogramas se
aprecian ciertos ecos de las brillantes Olvídate
de mí y La ciencia del sueño.
La idea de partida de Ruby Sparks es tan sencilla como
inusual. Un escritor abatido por la falta de inspiración, comienza a escribir
de forma obsesiva sobre una mujer ficticia. Alguien que sería su pareja
perfecta, una mujer creada para ser el amor de su vida. Tanto es así, que
inexplicablemente la chica sale del papel y cobra vida. El protagonista se topa
entonces ante la posibilidad de conseguir la felicidad que siempre buscó al
lado de otra persona.
Bajo ésta sádica
premisa que en el fondo es, crear a un ser humano a medida, los cineastas Jonathan
Dayton y Valerie Faris consiguen que sus personajes reflexionen sobre el lado
tirano del amor. De la presunción de cambiar a la otra persona o de
simplemente, querer que se adapte a unas u otras necesidades o expectativas. Y
qué mejor forma que apoyándose en una pareja supuestamente ideal, creada
literalmente mediante la poética del papel y el lápiz. Descrita por un guion
brillante elaborado por la propia protagonista de la película, Zoe Kazan.
En el lado opuesto se
encuentra Magic Mike, ya desaparecida
de nuestra cartelera. Como encargo del protagonista de la película Channing
Tatum, el último trabajo de Steven Soderberg plantea en clave de comedía
dramático-romántica, la vida de un grupo de strippers. Si en Indomable la protagonista era una
luchadora real en el papel de agente secreto o en The girlfriend experience era interpretada por una actriz porno
real, en Magic Mike, Soderberg sigue
la misma dinámica y Tatum se interpreta a sí mismo en sus inicios antes de
llegar a ser actor. El resultado, una película alumbrada por el más que notable
trabajo de Matthew McCunnaughey como secundario, que enmascarada por el sello
de un buen cineasta, acaba por no mostrar nada nuevo. Se trata del ejemplo de
la dependencia en el cine, de que las historias contengan una relación amorosa
que mueva la trama para conseguir que una película sea lanzada con éxito. Eso
sí, el talento de Soderberg consigue al menos que no nos topemos con el típico
bodorrio al uso y uno pueda entretenerse.
Si Ruby Sparks ha llegado a la gran pantalla con cierta firmeza y Magic Mike no consigue alejarse del
producto mainstream al uso, Submarine
representaría la otra cara del asunto. La de una buena película que quizás no
lleguemos a ver.
Submarine
narra la vivencia en primera persona
de un adolescente que vive el primer amor y la separación de sus padres.
Película de trasfondo muy serio pero con toques de humor, que remite en algunos
aspectos a Wes Anderson y su Academia
Rushmore. Rodada con un aire fresco y detallista, sólo se le podrían
reprochar en tal caso algunos detalles de diálogos un tanto forzados, ya que el
abuso de la voz en off lo justifica su forma narrativa.
Submarine
ha sido estrenada a nivel nacional con dos años de retraso y de momento se ausenta
de la cartelera en las islas. Sin embargo, esta ópera prima de Richard Ayoade
es sin duda uno de los estrenos más destacables de las últimas semanas. La pregunta es, ¿llegará
algún día a nuestras pantallas, o se quedará en el tintero como tantas otras?
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