13 de enero de 2012

La piel que habito (2011), Pedro Almodóvar

Que una película se postule como candidata a ganadora, con 16 nominaciones, en los premios Goya, no es poco. Cuestiones a parte sobre la coherencia de las nominaciones en nuestros premios mainstream, lo cierto es que a pesar del gran número de críticas negativas que ha recibido La piel que habito, únicamente unas pocas pueden justificarse.

El director manchego aboga en esta ocasión por contar una historia con cierto talante terrorífico y carácter de thriller realizando una versión personal de la novela “Tarántula”, de Thierry Jaquet. Antonio Banderas interpreta a un cirujano plástico perturbado que tiene montado un laboratorio en su casa en el que desafía los límites lógicos de la ciencia, obsesionado tras la pérdida de su mujer. La temática de la película (y su estética), bien podría ser la de una película de terror clásico, desde Frankenstein a Los ojos sin rostro.

Sin embargo, hay momentos del metraje tan estilizados que acercan al espectador a la risa, como la aparición de un ladrón disfrazado de tigre interpretado de forma bastante desafortunada, o en el desenlace final del film. Pero ¿acaso no hay mucho de esto en toda la filmografía de Almodóvar? No obstante, del film emana una atmósfera inquietante e impenetrable que lo gobierna de principio a fin. De la cual son principalmente responsables una estética brillante, perturbadora, y una nueva banda sonora de Alberto Iglesias (marca de la casa) genial y absolutamente absorbente.

El director manchego da en cierta forma un paso de madurez tocando géneros a los que poco se había acercado. Y no se cierra al hacerlo, porque Almodóvar siempre será Almodóvar. Comentarios sobre un lubricante, un personaje irreal disfrazado de tigre, el parentesco forzado entre éste y el doctor, el propio enrevesamiento extremo de los lazos entre los personajes que componen la trama… son todos ellos elementos puramente almodovarianos que bien podríamos relacionar con otras producciones de su filmografía.

Por otro lado, algunos críticos cuestionaron la interpretación de Banderas por sobre actuada (entre los que me incluía después de ver el tráiler). Cierto es que en ocasiones riza un tanto el rizo, pero no olvidemos que Almodóvar siempre lleva al límite de expresión a sus personajes y que el actor malagueño interpreta a un doctor profundamente perturbado, marcado por dos graves pérdidas. Banderas hace en conjunto un trabajo muy serio y aunque lo tiene difícil, no descarto que gane el premio al mejor actor en los Goya de este año.

La piel que habito baraja los elementos del cine de género de terror y thriller con los propios de un autor claramente reconocible, distinto y personal, dentro y fuera de nuestras fronteras. La investigación en nuevos terrenos fílmicos que supone su película puede causar mayor o menor fervor entre los seguidores o detractores de Almodóvar. Lo cual queda al margen si pensamos que cuanto menos, barajar géneros siendo fiel a uno mismo no es nada fácil.

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