Le quattro volte (2010), Michelangelo Frammartino
Le
quattro volte tiene la virtud de crear un imaginario
de lo real, de hacer creíbles y cercanas imágenes que surgen de la sinergia
entre la ficción y la realidad. Imágenes que esculpen el tiempo, que se forjan
sin prisa.
El film de Frammartino
es un poema a veces surrealista, otras irónico, sobre la vida diaria en un
pueblo de Calabria casi deshabitado. Un elogio a las pequeñas cosas. Pequeños
gestos, pequeños movimientos de la vida que a veces se nos escapan y son lo que
verdaderamente hacen que sea más bella. Un canto a la naturaleza, a las fases
de la vida, a las costumbres, a la tradición carbonera. Pero sobre todo un
elogio al tiempo. A la pausa.
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