2 de febrero de 2008

Premios Goya 2008

Digamos que nuestro anclado cine resulta definirse cada vez de forma más clara entre dos tendencias distintas. La primera no lejos del costumbrismo televisivo y algún afán de gran producción, se mueve en los medios y las salas. La segunda, fresca, creativa, nueva; corre fuera del circuito comercial, acaparando sin embargo nuestra representación en los festivales, reconocimiento que no encuentra en sala siendo desconocida por el gran público e incluso público medio español. Que abarquen tal reconocimiento en el extranjero las obras de Guerín, Portavella, Aguilera, Rebollo, Rosales, Aguilar o Serra entre otros y se desconozcan en nuestro país, resulta cuanto menos inconcebible. Y esto, queda claro por -ejemplo- cuando nuestra Academia realiza sus pertinentes nominaciones y premios cada año.
¿Qué sorpresas nos deparará pues este año la gala de los Goya? Ojalá que vayan más allá de las deparadas en la pasada edición, donde lo más inesperado y que más dio que hablar fue la gala de Corbacho.
El orfanato y Las 13 rosas son las favoritas y casi a buen seguro serán las triunfadoras –más en el caso de la primera, confiando que no sea así en el de la segunda- tras acaparar 14 nominaciones cada una. El orfanato, gran decepción tras no ser nominada en los Oscar teniendo en cuenta que es una producción realizada al uso, no deja de ofrecer algunos elementos destacables. Sin embargo, su formato convencional, previsible –aún teniendo en cuenta sus características de género- la configuran como una cinta básicamente orientada al entretenimiento de las masas. Los otros, en éste aspecto, consiguió mayores triunfos. Menos –claro- que la siguiente película de su director, Mar adentro, acaparadora de 14 Goyas. Que un telefilme cuya única suerte fue apoyarse en los mejores intérpretes de nuestro país –empezando evidentemente por el gran Javier Bardem- fuera capaz de conseguir tal empresa, puede hacernos pensar en lo peor al pensar en Las 13 rosas. Aunque algunos idealistas, con nuestra siempre presente ingenuidad, confiemos que no sea así. Ojalá que una apuesta tan fresca como La soledad recoja sus frutos. Mañana veremos.

1 comentario:

Goretti Redondo dijo...

... y los idealistas sonrieron anoche.